¡Bienvenido a Arterópolis! Ciudad escrita. Ciudad de letras. Ciudad de tintas.
Arteria nació como una revista temática de corte cultural hecha por jóvenes que de manera independiente trabajaron en su estructura y organización. Se publicaron cuatro números impresos en el año 2006: Arteria (200 ejemplares); "En la orilla del aire. Homenaje a Jaime Sabines" (1,500 ejemplares); "Identidad" (1,000 ejemplares) y "El nucú" (1,000 ejemplares).
Arteria ha querido vincular a los jóvenes con las diversas manifestaciones culturales y sociales. Ha propuesto ensayos, reportajes, reseñas, crónicas y poemas, entre otras muchas cosas. Hoy, Arteria vuelve a sus lectores para convertirse en el medio de expresión de todos los creadores que desean dar a conocer su trabajo.
Después de permanecer en coma durante un año, volvemos a latir pero esta vez en la web.
ARTERÓPOLIS
La cantidad precisa de puntos que hay en el universo es la que hay en un metro de universo, o en un decímetro, o en la más honda trayectoria estelar Jorge Luis Borges Una revista tiene mucho de ciudad. Conforme se funda y avanza, reproduce espacios, configura lo inmediato y a la vez que precisa, altera su propia idea. Es fundar una ciudad dentro de otra ciudad no como su opuesto, sino como otra posibilidad de encontrar reminiscencias, murmullos, voces con otro peso en un segundo, en un instante porque EXPRESAR implica aliento. Es condición de que todo lo que fluye tenga miles de vasos comunicantes: inversiones que se deciden abordando un taxi, crimenes que se documentan en restaurantes, amantes a la sombra de un árbol, periodistas interlocutores de teorías políticas, políticos afectivos a las mismas teorías, un mercado en plena plaza, un estadio de futbol como herencia cultural y espejo de pluralidad light (porque un gol al alcance de todos es síntesis de verdadera democracia) y escritores, como nosotros, fingiendo cierta humildad. ARTERIA es un territorio sensible a la hipertensión; es un montón de formas y movimientos. Sus vocales son eufóricas porque lo óptico es social, antropológico, deportivo, caótico, amorfo, gastronómico, sórdido, ruidoso, convencional, oligárquico; donde no podemos precisar con exactitud el final de la calle porque siempre nos queda la sensación de que existen lugares más importantes. Una revista es como una ciudad: registra sus años en una hemeroteca desordenada a la orilla de la memoria. Generalmente, por descuido, kilómetros de entusiasmo no hacen vereda, se precipitan al piso, y en un acto de juventud renovada, ejercemos el operativo intelectual de reordenar los papeles. Vemos que una fiesta de quince años tiene mucho de cantina. Vemos que una boda por lo civil tiene mucho de Lucha Libre. Vemos que las Iglesias (de todas las religiones) tienen igualdad de derechos que el diablo. Vemos que los burócratas, cada quincena, actuan como los hombres más poderosos del mundo. Vemos como los artistas son expertos en todas las teorias de conspiración. Vemos que hay evidencia suficiente en el sobreentendido que, al momento de escribir ésto, ya rebasamos el primer cuadro de una ciudad imaginada dentro de otra y cuya geometría sanguínea se altera y se ensucia y empieza a crear otras palabras que en realidad son latidos.
1 comentario:
Saludos Fernando, estuvo muy divertido.
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